domingo, 24 de octubre de 2010

Desensibilización sistemática (Modificado)

Desensibilización sistemática
Introducción
La técnica utilizada en esta práctica es conocida como desensibilización sistemática y es un producto de la escuela de pensamiento filosófico que predominó a mediados del siglo XX: el conductismo. Su creadora fue Mary Cover Jones, pero está técnica fue más desarrollada por Joseph Volpe. Lo que pretende está técnica es tratar de una manera estructurada una fobia en una persona. Mediante una serie de pasos, el sujeto debe cambiar las respuestas de miedo que produce ante un determinado  estímulo, por otras respuestas que le beneficien o le dejen de perjudicar.  
Ejercicio:  plantear diez pasos para curar una fobia, en este caso, el miedo de una niña a las abejas.
Pasos:
1 – Pedir a la niña que dibuje a una abeja. Este dibujo nos permitirá obtener una visión simplificada de la imagen que la niña tiene sobre las abejas. Se puede dar el caso de que dibuje un insecto muy grande y terrorífico. A continuación le mostraremos un dibujo donde aparecerá ella y unas cuantas abejas a su alrededor y le pediremos que lo dibuje. De esta forma, intentamos que la niña obtenga una visión más aproximada de la realidad.
2 – Le mostraremos un video explicativo sobre las abejas. De esta manera pretendemos que conozca más a las abejas desde un punto de vista de conducta.
3 – Se le da a la niña diversos juguetes ligadas al tema de las abejas. Le pedimos que juegue sola o con sus amigas con los juguetes que acaba de recibir. También se le pueden explicar cuentos relacionados con el tema.
4 – Darle a comer miel con alimentos de su agrado y explicarle que la miel es producida por las abejas.
5 – Le damos a la niña un vibrador o aparato de sonido que reproduzca el sonido que producen las abejas. Cada vez que ella pulse el botón y active este sonido se la recompensa físicamente con caricias, abrazos, etc.
6 – Le damos a observar una abeja muerta mientras recibe explicaciones de un experto que la informa sobre la fisionomía de la abeja.
7 – Explicarle la diferencia entre machos y hembras. Se le da a entender que los machos no pican y a continuación introducimos un macho vivo en la habitación donde ella se encuentra. Intentamos seguir hablando o haciendo otras actividades con naturalidad mientras el macho revolotea por el aula.
8 – Que observe a través de un vidrio como gente de su entorno (amigos y familiares) están en la misma habitación que unas cuantas abejas (no muchas), y que no hay ningún problema.
9 – Dejamos que la niña entre en la habitación que ha estado observando y interactuamos con ella para que no preste mucha atención a las abejas.
10 – Dejamos a la niña sola en la habitación con las abejas.
Conclusiones:
Estos diez pasos son un simple ejercicio que probablemente, puesto a la práctica, requeriría la creación de nuevos pasos intermedios para la mayor adaptación de la niña. También es cierto que alguno de estos pasos podría ser contraproducente para  la niña, pero sin pruebas experimentales no podemos sacar más conclusiones sobre este método. Obviamente, sabemos que este método tiene un cierto bagaje positivo dentro de la psicología, y puede ser empleado en un amplio abanico de fobias, o en otros casos como la  deshabituación a ciertos vicios o manías. Leyendo está misma práctica en otros blogs, me pareció interesante la reflexión de mi compañero Sergi sobre las implicaciones morales que comportan ciertas técnicas conductistas, ya que pueden ser utilizadas tanto para bien como para mal. Mi reflexión iría un poco más lejos, y yo me planteo si estas técnicas no se podrían aplicar a todas las personas con fines útiles y beneficiosos para la especie humana, por ejemplo, crear fobias a los niños sobre el tabaco, drogas…, con el fin de que crezcan sin las consecuencias negativas que producen ciertas actividades. Por supuesto, esta idea se encuentra con un montón de impedimentos por delante, empezando por debates éticos sobre que sería lo que se quiere erradicar de la cultura, como habría que hacerlo, etc. También nos plantearía la pregunta de si estaríamos eliminando libertades individuales a las personas, pero, ¿Qué mejor para discernir lo que es bueno y malo para el ser humano si no la experiencia?

jueves, 14 de octubre de 2010

Práctica 1: Introspección


Ejercicio:
Observar durante 10 minutos aquello que pasa por nuestra mente.
Conclusiones:
Como la mayoría de gente, al empezar la práctica he cerrado los ojos para concentrarme mejor en mis pensamientos. He empezado pensando en como estaría escribiendo esta práctica, cuando la haría, como la empezaría, etcétera. Intento concentrarme en las imágenes que estoy viendo, obviamente está oscuro y sólo veo formas y figuras extrañas producidas por la luz que recibo del exterior. Es una sensación extraña, estoy pensando sobre lo que estoy pensando, pero me acabo abstrayendo y me viene a la cabeza lo que me importa de verdad. Estoy un poco nervioso y tengo prisa por acabar esta clase y la siguiente para poder irme a Barcelona y ver a Sara. Me vienen a la cabeza imágenes de momentos que hemos pasado juntos, pero no me detengo en ninguno en concreto, ni tampoco siguen un orden cronológico, son imágenes totalmente aleatorias. Debe ser la impaciencia que siento que me lleva a no detenerme en ninguna imagen y seguir buscando otras. A medida que pasa el tiempo algunas imágenes se transforman en figuras extrañas que no tienen nada que ver con la temática de mis pensamientos, no tienen ningún sentido. Mi mente va saltando de un lugar a otro sin ningún orden, tampoco me esfuerzo en ordenar mis pensamientos, me divierten algunas de las cosas que pienso, me recuerda a esos momentos en que estoy soñando a la vez que me estoy despertando, y por tanto cada vez voy recuperando más consciencia pero el sueño sigue ocurriendo y lo puedo modificar a mi gusto, hasta que me despierto del todo y se acaba el juego. Vuelvo un poco a la realidad y miro el móvil para ver la hora, la impaciencia hace su aparición otra vez y tengo ganas de acabar la práctica.
De todo esto saco en claro que si hay una palabra que define a mi mente, y supongo que al resto de mentes también, debe ser espontanea. Ningún orden ni sentido aparentemente.