miércoles, 29 de diciembre de 2010

Práctica 4: Mecanismos de defensa

Práctica realizada con Jennifer Sugrañes y Maria Real.
Introducción:
Una vez vistas ya algunas de las técnicas utilizadas por los conductistas y por los cognitivistas, pasamos a ver un aspecto interesante dentro del psicoanálisis como son los mecanismos de defensa. El psicoanálisis es una escuela psicológica que nace de las manos de Sigmund Freud. Sus dos primeras teorías intentan explicar cómo es la mente. En la primera, divide la mente en dos partes predominantes, el consciente y el inconsciente, dónde el inconsciente es mucho más grande que el consciente, y una parte más pequeña situada entre estos dos que sería el preconsciente. Según esta teoría, el consciente no tendría acceso al inconsciente, aunque algunos elementos del inconsciente podrían llegar al consciente a través de pequeñas grietas. En la segunda teoría, precisa más sobre esta división, y hace otras tres divisiones más, el id, parte innata y más egoísta del individuo que se guía por el principio de placer y está  situado en el inconsciente, el ego, que actúa por el principio de realidad, y el superego, que sería la voz de la consciencia. Es en el ego donde encontramos los mecanismos de defensa (listados por Anna Freud), entre los que destacan:
Represión: mantiene los impulsos inaceptables del Id fuera de la consciencia. Elimina sentimientos de miedo o ansiedad.
Negación: consiste en negar que un hecho amenazador se produjo.
Proyección: se basa en atribuir a otros los impulsos inaceptables propios con tal de ocultarlos
Racionalización: consiste en reducir la ansiedad encontrando una explicación racional a un hecho que nos resulta inaceptable.
Intelectualización: consiste en tomar distancia de la amenazas mediante actitudes frías y analíticas.
Formación reactiva: se trata de actuar de forma contraria a un impulso inaceptable.
Desplazamiento: consiste en cambiar de objetivo un impulso, ya que así se reduce la ansiedad.
Sublimación: hace que un impulso inicialmente peligroso sea transformado en un comportamiento socialmente maduro y aceptable.

Práctica:
Cogiendo los 7 pecados capitales, aplicar mediante el método de inhibición una solución constructiva y una destructiva.
1 – Ira:
Solución constructiva:
 Hacer boxeo o cualquier otro ejercicio físico.
Solución destructiva:
Usar la violencia física o verbal con los demás.
2 – Lujuria:
Solución constructiva:
Focalizar todos los deseos lujuriosos hacia tu pareja.
Solución destructiva:
Dejarse controlar por los impulsos y convertirse en un adicto al sexo.
3 – Gula:
Solución constructiva:
Convertirse en un buen cocinero
Solución destructiva:
Comer descontroladamente todo lo que apetece, con sus consecuencias posteriores (sobrepeso, mala alimentación…)
4 – Pereza:
Solución constructiva:
Usar la pereza como inhibidor de otros pecados capitales. No realizarlos porque te va a suponer un esfuerzo
Solución destructiva:
Dejas de estudiar y de trabajar, no haces absolutamente nada.
5 – Soberbia:
Solución constructiva:
Se puede usar como un método de reconocimiento personal, con la consecuente subida de autoestima
Solución destructiva:
No aceptas críticas, cosa que te impide mejorar por ejemplo en el trabajo.
6 – Envidia:
Solución constructiva:
Usarla como un factor de motivación para trabajar mejor y conseguir más cosas.
Solución destructiva:
Perjudicar a un compañero intencionadamente porqué el recibe más reconocimiento que tú.
7 – Avaricia:
Solución constructiva:
Ligar la avaricia a la ambición positiva por mejorar en algún aspecto.
Solución destructiva:
Convertirte en un ludópata, arriesgar mucho con inversiones monetarias.

Reflexión:
Si le echamos un vistazo a los mecanismos de defensa explicados, podemos ver como los humanos tenemos muchos recursos para protegernos de los que no somos conscientes. El hecho de que la mente humana actúe en defensa propia sin que nos demos cuenta, de forma involuntaria, es un hecho fascinante.  También podemos ver como algunos de estos mecanismos son más sencillos de realizar que otros. La sublimación junto con la formación reactiva son dos mecanismos que a mi parecer resultan bastante complicados de aplicar a la hora de la verdad. No todo el mundo tiene la sangre fría como para canalizar sus impulsos inaceptables de una forma positiva o de actuar de forma contraria a ellos. Otros mecanismos como la intelectualización o la racionalización podrían ser más parecidos a los que yo pongo en práctica en algunas ocasiones. En cuanto a la sublimación, el mecanismo que hemos usado para la práctica, se podría decir que es el mecanismo de defensa más útil y beneficioso para la persona, ya que de un impulso inaceptable sacamos una acción con valor positivo. Este es un mecanismo que puede ser extraído del psicoanalismo y plantearlo de una forma más universal. Como terapeutas, deberíamos llegar a dominar esta técnica, y deberíamos saberla transmitir a nuestros pacientes.  

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