viernes, 7 de enero de 2011

Práctica 7: Actitudes Rogerianas

Introducción
Seguimos con la corriente humanista, iniciada con Maslow en la práctica anterior, y esta vez lo hacemos con uno de los psicólogos más citados (si no el que más) dentro del campo de la psicología en la actualidad. Rogers revolucionó el campo de la psicoterapia poniendo al paciente (al que le otorga el status de cliente) en el centro de la terapia reemplazando de esta manera al psicoterapeuta, en quien se basaba anteriormente el método terapéutico. Para Rogers, el cliente es la persona que mejor sabe lo que le pasa y cuáles son las acciones que debe tomar para recuperarse. El trabajo del psicoterapeuta pasa a ser entonces el de crear una ambiente adecuado para la recuperación del cliente. Esta tarea puede llevarse a cabo fijándose en tres pilares básicos:
1 – Aceptación incondicional: aceptar a la persona tal y como es. Acercarnos a ella sin prejuicios.
2 – Compresión empática: tratar de entender a la otra persona desde su punto de vista, ponerse en la piel del otro.
3 – Autenticidad, congruencia y coherencia: actuar con autenticidad, mostrar quien somos sin esconder nada, y ser coherentes, trabajar en una misma dirección.
Comentario sobre el documental: “Pensant en els altres”
Es inevitable al ver este documental, estar comparando constantemente las técnicas aplicadas por el profesor Toshiro Kanamori, con el sistema educativo implantado aquí en España y en occidente en general. Esta forma distinta se pone de manifiesto nada más empezar el documental cuando, en la primera clase del curso, el profesor les recuerda a sus alumnos que el motivo para vivir es ser feliz y que están en el colegio para aprender a ser felices. Esto choca de lleno con la idea que tenemos aquí de educación, donde no es que se nos enseñe a ser infelices, pero sí que se nos enseña de forma involuntaria que sin conseguir unos resultados académicos no se puede ser feliz o no te puedes sentir realizado.
También podemos ver que el profesor Kanamori se muestra muy cercano a sus alumnos a nivel físico. Eso es muy importante para que los alumnos sean capaces de establecer un vínculo de confianza con su profesor. El derribar esa barrera de distancia física entre alumnos y profesor se consigue que estos se abran emocionalmente y puedan ver al profesor como una figura paternal. Esto lo pudimos ver hace unos mese en el taller de empatía que hicimos dentro del módulo de CAPI, donde se nos explico que el cuerpo tiene que estar receptivo a la persona con la que estamos intentando empatizar, no sirve de nada escuchar a alguien si nuestro cuerpo no está mostrando interés y afecto por la persona que nos está hablando.
Una de las herramientas más brillantes utilizadas por el profesor Kanamori es el cuaderno de cartas, donde cada alumno comparte algo sobre sus pensamientos con el resto de la clase. De esta manera está enseñando a sus alumnos a compartir lo que llevan dentro y también a saber escuchar a los demás. Esta es una enseñanza muy útil ya que el problema de muchas personas es la dificultad que tienen para pedir ayuda, probablemente porque nunca han aprendido como hacerlo, o cuando lo han hecho no recibieron aquello que esperaban. El abrir nuestro interior a otras personas nos hace vulnerables ante ellas, pero también les permite a ellas conocernos mejor y ayudarnos. Cuando escuchamos que alguien ha pasado por una situación difícil parecida a la que nosotros podamos haber pasado se producen dos cosas, una de ellas es una especie de consuelo, de saber que no eres el único con ese problema y que no estás sólo. Si esta persona que está hablando sobre una situación difícil ya ha superado ese problema que tú aun no has sido capaz de superar, te da una esperanza que antes no tenias, y si la persona no ha sido capaz de superar el problema pero tú sí, se produce una especie de apadrinamiento interior que nos lleva a intentar ayudar de alguna forma a esta persona. Por lo tanto, como podemos ver, es un ejercicio que puede traer muchos beneficios a nivel individual. Actualmente vivimos en un mundo donde cada vez hay más personas solas que no saben a quién recurrir cuando tienen un problema o cuando algo les inquieta. Es un mundo donde parece estar mal visto que las personas tengan debilidades.
En este documental sobresale una figura sin ninguna duda, la del profesor Toshiro Kanamori. Poco se nos explica de él más allá de que lleva muchos años ejerciendo de profesor y que ha sufrido la pérdida de dos hijos pequeños, una experiencia de una magnitud tremenda que no podemos llegar a comprender. El hecho de que sea el profesor por iniciativa propia el que utilice este modelo de enseñanza nos puede llevar a pensar que debe haber un origen en su metodología. El haber sufrido unas pérdidas tan grandes como dos hijos debe haber sido una experiencia para él que seguramente cambió la forma en que veía la vida. Cuando alguien pasa por una situación de dolor tan terrible, se da cuenta en muchas ocasiones de lo que realmente importa en la vida, de que muchas de las cosas que hacemos, decimos o pensamos son una verdadera pérdida de tiempo, y que nuestro tiempo debería ser aprovechado al máximo en cosas que nos beneficien a nosotros y a los demás.
Para acabar me gustaría saber que es de esos niños ahora, si las enseñanzas de Kanamori les han influenciado de alguna manera en su vida actual. También sería interesante intentar buscar de que manera podríamos mejorar el sistema de educación occidental utilizando algunos de los métodos usados por Toshiro.

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